Elaborado con garnacha autóctona de Albacete, cultivada a orillas del río Júcar, de forma honesta y artesanal, que se basa en el respeto por el campo y la materia prima (la vendimia se hace a mano, durante la noche y en cajas pequeñas para garantizar la integridad de la uva al llegar a la bodega). La proximidad del viñedo al río, hace que disfrute de un microclima, mucho más húmedo y fresco que el típico manchego, aunque con las mismas horas de sol, lo que le confiere a los Magnolia gran personalidad y suavidad. Los trabajos de selección y elaboración en la bodega, están enfocados a un alto nivel de calidad. Es una producción muy limitada y cuidada de poco más de 2.000 botellas. De forma natural, este vino no inicia la segunda fermentación (maloláctica), hasta que se deja reposar en las barricas, que para la añada 2.018, fueron 70% de roble francés y 30% de roble americano. Y tras poco más de 27 semanas de permanencia en dichas barricas, se embotelló y dejó redondear a temperatura y humedad constante en la bodega, durante varios meses más.
Notas de cata:
Color granate, brillante y atractivo. Capa media, como es característica de esta garnacha.
En nariz presenta aromas de regaliz, cereza, hinojo y algo de anís.
En boca resulta aterciopelado y cálido, con toques minerales y retrogusto largo y goloso, con recuerdos de toffee.
Maridaje: ideal para acompañar comida picante, carnes especiadas, ceviches, pescados, arroces, pasta italiana, carnes blancas y tataki.
