Rojo picota ribete cárdeno, vivo, capa alta, denso, lágrima abundante que tiñe la copa.
En nariz encontramos un conjunto de aromas intensos que nos recuerdan a mermelada de moras, endrinas, fruta negra madura, agradable, goloso, apetecible. Al mismo tiempo aparece un matiz balsámico que nos recuerda a regaliz, acompañado de un recuerdo mentolado, que junto con el cacao nos recuerda a los bombones after eight, La madera, prácticamente no se encuentra, perfectamente integrada. De su paso (24 meses) encontramos vainilla. Al final aparece un recuerdo floral.
En boca, hay que dejarlo tiempo antes de tragar para disfrutar de la sedosidad y frescura que atesora. Los aromas de nariz, vuelven a fundirse en la boca con un retrogusto intenso y largo, un vino redondo, envolvente, carnoso, que llena la boca. El final del vino, muy largo, casi eterno, vuelve para recordarnos la mermelada de moras, fresa ácida, regaliz rojo… un toque lácteo, y al fondo, si que aparece de una forma muy sutil tostados, caramelo, vainilla.
