. La producción es tan solo de 4.000 botellas numeradas. Las uvas seleccionadas por el patriarca de la bodega, José Marcos, son de las variedades mencía, Albarín tinto y verdejo tinto. Se trata de de un vino con una graduación de 13º, afrutado, que se bebe bien y ha madurado seis meses en barrica de roble francés. Con toda probabilidad unos meses más en botella le darán aún más cuerpo y personalidad. A la vista, presenta un color rojo picota de capa media baja y lágrima limpia. La nariz es interesante, notas de cedro algún, algún torrefacto, vainillas, notas especiadas todo ello muy conjuntado con notas de frutillos del bosque. La boca es fresca, mineral, buena acidez, notas tostadas bien integradas, especiados. Si se integra un poco el tanino de la madera, hacia el final de este año estará más pulido. Aún estando sin redondear del todo, nos resulta muy grato.
Acompañaría perfectamente un pescado con sabor intenso como un atún o un rape y por supuesto, una buena fabada o un queso de Cabrales. La tierra es sabia, y los productos que se obtienen en una misma zona suelen maridar bien entre ellos.
